Conocí a Sonia por una recomendación, no buscaba a nadie, llevaba 17 años con mi empresa y había pasado ya de todos los colores y más. Y como empresaria de una PYME los gastos los tengo que tener super super controlados, pues todos sabemos que es parte del secreto y que puede venir una mala racha y has de tener tesorería para aguantar la empresa. Aunque nunca me imagine, ni creo que nadie que viniera un COVID, o algo parecido.
Por tanto, yo estaba reticente a pedir ayuda y tener un gasto extra cuando creía que no lo necesitaba. Más bien tomé la decisión de hablar con Sonia, por contentar a gente de mi empresa.
Tuvimos una reunión por zoom le explique la situación, ella escucho atentamente y me hizo varias preguntas al respecto, me sentí muy cómoda en todo momento, le envié una serie de documentación que me solicito sobre la empresa, y pasada una semana me envió el proyecto de colaboración. Y empezamos a trabajar.
Empezar a trabajar con Sonia fue como abrir una ventana de aire fresco, corría la brisa, esa brisa suave que te acaricia la cara y que te da paz y calma, esa que puedes respirar profundamente, que cierras los ojos y sonríes.
Después de estar y sentirme sola durante 18 años, liderando la empresa, y tomar sola todas las decisiones, empecé a trabajar con alguien codo con codo como si fuera mi socia, La paz y conexión y alegría y el sentirte apoyada y poder hablar con alguien sobre los problemas y decisiones fue fantástico.
Hacíamos una reunión por Zoom semanal, pero podía hablar o consultarle cualquier cosa durante la semana. Creo que fueron entre unos 6 y 9 meses la colaboración.
Debo decir que paramos unos meses pues con el COVID íbamos mal de tesorería algunos meses, y no hubo ningún problema.
Hicimos una revisión de toda la situación de la empresa, costes, protocolos, software, organización, organización de procesos, mejorar el posicionamiento para incrementar las ventas, hizo entrevistas y reuniones con todas las personas claves de la empresa, encontrando talentos ocultos dentro del personal que han aportado muchas cosas nuevas en la empresa, eliminamos colaboradores externos que no aportan suficiente y me buscó otros que funcionasen mejor, pero sobre todo, sobre todo… algo que no hubiera logrado sin ella…es DELEGAR.
Como empresaria me gusta tener todo controlado y tendemos al perfeccionismo, “nadie lo va a hacer mejor que yo, ni va a tener más interés que yo”…por tanto no delego. Y tampoco enseño porque no delego.
Ahora hemos programada formación semanal con una persona de mi equipo, le enseño y aunque se equivoque la guio, pues yo también me equivoqué y aprendí, eso sí sola.
El aprender a delegar me ha quitado estrés y me ha dado tiempo, tiempo para gestionar otras cosas y hacer crecer la empresa y tiempo para estar más con mis hijos, y me ha quitándome también estrés para dormir mejor.
Debo decir que el proceso de delegar para mí ha sido el más difícil, continuamos la consultaría pues no había manera de que yo soltará las riendas. Y en este proceso de cambio, debo decir que lo pasé mal por mi propia resistencia y porque no sabía cómo hacerlo.
En realidad creo que es muy útil coger a alguien que mire la empresa desde fuera y analice todo sin estar implicado en emociones internas. Que pueda visualizar la globalidad de la empresa.
A cualquier empresario le pasará, que el árbol no te deja ver el bosque, porque estás dentro del bosque solucionando problemas.
Una vez terminada la consultoría, mi relación con Sonia ha continuado de manera puntual, para líos o problemas en los que necesito hablar con alguien sobre alguna cosa difícil que no sé qué hacer. Ella ve más empresas que yo, conoce los ratios, etc.. cuando yo sólo veo la mía.
Es un placer saber que puedo hablar con alguien de total confianza que conoce la empresa por dentro casi tanto como yo, cuando vuelvo a tener un problema.
No quiero dejar de que entre la brisa.